Tras el verano y el confinamiento de marzo, nuestro huerto (que nos dio una buena cosecha de patatas), necesitaba una gran puesta a punto. Con las azadas hemos removido, oxigenado y limpiado la tierra, hemos quitado piedras y distintos tipos de residuos encontrados. Más tarde, hemos mezclado con estiércol y, con ayuda, hemos podado los árboles para que entrara más luz del sol a nuestro huerto. Finalmente hemos plantado cebollinos, zanahorias, habas, orégano, lechugas, ...
Ahora nos toca estar pendientes del riego y de su cuidado. Más adelante, sembraremos algunas plantas autóctonas aromáticas. Disfrutamos de clases al aire libre en las que aprendemos sobre el medio ambiente, a cuidar y respetar lo que nos rodea.
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